Para desarrollar una vida deportiva larga es
necesario pasar por los aprendizajes que aseguren un buen desarrollo de la
inteligencia motriz. No debemos cerrarnos nunca a los aprendizajes de
volteretas o virajes. En natación son fundamentales para desarrollar nuestra
inteligencia motriz y, en concreto, la orientación espacial. Un gran problema
con el que se encuentra una persona que ha tenido muy pocas vivencias en
el agua (o que nunca ha jugado en el agua) es que no sabe cómo se mueve su
cuerpo en conjunto y cada extremidad por separado en ese medio.
¿En qué consisten los virajes?
En la teoría son dos giros: uno sobre el eje
transversal del cuerpo, para llevar las piernas a la pared sin necesidad de
apoyarnos con las manos, y otro giro en el eje longitudinal, que se hace
durante el impulso y deslizamiento para no salir boca arriba.
Pero todos sabemos que la teoría se vuelve
compleja cuando intentamos algo por primera vez. Hay quien gira y se queda
en el mismo sitio, otros que salen completamente desorientados, otros que ni
siquiera pueden impulsarse con la pared y los que tras salvar 'in extremis' la
espalda se impulsan con un pie saliendo despedidos contra la corchera.
Por ello es importante seguir unas pautas de
aprendizaje básicas que nos ayuden a saber movernos en el agua de formas
distintas en el simple gesto de nadar a crol. Muchas de estas pautas las
realizamos el pasado lunes con ayuda de nuestros compañeros:
1. Dar volteretas hacia delante y hacia atrás,
sobre el eje transversal del cuerpo, tomando conciencia del movimiento de
nuestras manos.
2. Lo mismo sobre el eje longitudinal del
cuerpo. En realidad sería pasar de crol a espalda y viceversa.
3. Nadar crol normal pero en la mitad de la
piscina dar un giro hacia delante sobre el eje transversal del cuerpo y
agrupados. Según acabamos el giro buscar con la mirada la pared de enfrente y
seguir nadando en la misma dirección y sentido.
4. Misma idea que en el ejercicio anterior,
pero ahora será el entrenador el que con una señal acústica marcará el momento
del giro. Por tanto ya introducimos otro aspecto: tengo que estar atento a algo
ajeno a mí: a un 'silbidito'. Esto mismo se complica si la señal es visual
5. Ejercicios anteriores con las piernas extendidas.
6. Ejercicios 3 y 4 pero tras el giro nadar
hacia atrás a espalda. Por tanto todos en la calle nadan en sentido contrario.
Este último ejercicio es muy divertido, pero todo los que participan deben
estar muy atentos para que no existan colisiones indeseadas.
Técnica
del volteo de crol:
Aproximación: Cuando
la cabeza del nadador se halla alrededor de 2 a 3 metros de la pared de la
piscina, según su estatura y la eficiencia de la tracción de los brazos, inicia
la última tracción, en este caso con la mano derecha. La mano izquierda
continúa impulsando atrás, mientras él mira adelante, a la pared.
El nadador mira a la pared y toma la decisión de
virar ahora o esperar hacerlo a la próxima brazada.
En este punto toma la decisión de virar y, en vez de
recuperar la mano izquierda la detiene a su costado y continúa la tracción
atrás con la mano derecha. Los pies empiezan a subir juntos en preparación a
ejecutar un ligero batido de cola de pez. Algunos nadadores prefieren seguir
subiendo una mano, en este caso la izquierda, y recuperarla hasta medio camino
adelante, deteniéndola entonces repentinamente en el aire. De esta manera la
impulsión del brazo se transfiere al cuerpo y le ayuda a voltear. El brazo
retorna en seguida a la posición más allá de la cabeza. Esta acción del brazo
en el aire es similar al movimiento de ondear una bandera.
Giro o viraje: La
cabeza es lanzada hacia abajo por flexión del cuello. Las palmas de ambas manos
se girarán de forma que miren hacia abajo; las piernas y los pies se hallan
unidos con las rodillas dobladas.
El cuerpo pierde su alineación recta a medida que la
cabeza continúa hacia abajo y el tronco flexiona. Simultáneamente, ambas manos,
con las palmas hacia abajo, son impulsadas a descender como si prepararan un
buceo desde la superficie. Los pies son batidos hacia abajo en una percusión de
cola de pez a fin de ayudar a impulsar las caderas hacia arriba.
La parte delantera del cuerpo continúa doblándose
por las caderas. La resistencia creada en este punto por la cabeza y el cuerpo
tiende a detener la inercia de la parte superior del tronco. La inercia hacia
delante de la parte inferior del tronco y de las piernas no resulta tan
afectada por esta resistencia, continuando su movimiento hacia delante y por
encima de la parte superior del tronco. Si el nadador iba suficientemente
rápido, como en pruebas de velocidad, este impulso puede, virtualmente, ser
todo lo que necesite para virar. En esta figura, la mano izquierda está empezando
a doblarse por el codo y a traccionar hacia la cabeza.
A medida que las caderas pasan por encima de la
cabeza, la mano izquierda continúa impulsando el agua hacia la cabeza. Este
movimiento ayuda a consumar la voltereta. La mano derecha, con la palma mirando
hacia dentro, actúa de timón, con un movimiento ligeramente circular para hacer
girar el cuerpo del nadador sobre su eje longitudinal. Los pies no pasan
directamente encima de la cabeza, sino ligeramente a la derecha de la línea
media del cuerpo.
Cuando los pies están completamente fuera del agua,
las piernas se recogen y son lanzadas atrás, hacia la pared, mientras las manos
terminan su acción de dirección. El nadador debe conscientemente girar su
cabeza y sus hombros e intentar, sin romper el ritmo del movimiento, volverse
sobre el costado.
Toque: El viraje
del nadador queda completado y debe situar el cuerpo en posición para la
impulsión desde la pared. Las manos, a medida que empiezan a ir adelante, casi
se tocan. Continúa girando el cuerpo a efectos de situarse sobre el costado.
Los pies se "plantan" en la pared a una profundidad aproximada de 30
- 40 cm.
Despegue o impulso: Mientras
las piernas empiezan a impulsar adelante por medio de la extensión de las
rodillas, los brazos siguen estirándose. El impulso en la pared deberá ser
potente y explosiva en el plano horizontal y nunca inclinarse hacia arriba o
hacia abajo.
Deslizamiento: Los
hombros se hallan casi completamente a nivel cuando tiene lugar la impulsión
final de las piernas. Cuando los pies dejan la pared por la extensión de los
tobillos que completan dicha impulsión final, los brazos se tensan hacia
delante, con la cabeza entre ellos, creando una posición hidrodinámica. La
espalda está recta y las piernas y pies están junto y extendidos.
Propulsión hacia la superficie: El
nadador debe regular su profundidad utilizando las manos como timones. También
debe levantar la cabeza para contribuir a elevarse a la superficie. Si se halla
a demasiada profundidad, puede verse obligado a batir una o dos veces para
ayudarse a remontar a la superficie. Si está a una profundidad correcta, puede
empezar en forma conjunta a batir y a traccionar. En la actualidad el nadador
realiza dos batidos de mariposa mientras mantiene sus brazos estirados hasta
que llega a la superficie. (En la animación esto no sucede).
El nadador reemprende sus brazadas y recobra la
cadencia de las mismas.
Puede respirar en el primer movimiento de brazos a
la salida de viraje (esta técnica es especialmente conveniente en las carreras
de fondo) o puede ejecutar dos brazadas antes de respirar (como lo hace en
velocidad).
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