martes, 14 de abril de 2015

COMIENZO CON EL JUDO

Con la llegada de una nueva profe experta en judo, hemos comenzado a descubrir este deporte, que al menos para mí es nuevo a la hora practicarlo. Siempre me han llamado la atención este tipo de deportes, llegando a practicar taekwondo de manera esporádica (desde mi ignorancia, aunque no tengan mucho que ver ;) y varias personas cercanas lo han prácticado, aunque yo hasta hoy no había tenido la suerte de probar.


El judo favorece el desarrollo de la fuerza, coordinación, velocidad, flexibilidad y equilibrio. Como no conoce de antemano los movimientos y reacciones de su compañero, niño también ve estimuladas su inteligencia y la capacidad de toma de decisiones. Por todo esto ha sido declarado por la UNESCO como la mejor actividad deportiva inicial para niños y jóvenes de 4 a 21 años. Y lo más importante… ¡es muy divertido! Tiene la gran ventaja respecto a otras artes marciales de que permite pasarlo bien desde el primer día.
Empezamos y terminamos con una muestra de respeto. La disciplina y el respeto a nuestros compañeros y maestros es la primera lección del judo. Por eso todas las clases comienzan y termina con un saludo o rei, que también se repite al inicio y al final de los randoris (“combates amistosos”) que se realizan durante la clase. No sólo es una muestra de respecto, también de agradecimiento por las enseñanzas recibidas y la ayuda prestada por nuestros compañeros incluso cuando somos rivales.


En la clase de hoy, aprendimos las formas más básicas de proteger nuestro cuerpo cuando vayamos a caer:
ü  Ushiro ukemi (caída hacia atrás)
Es la más sencilla de todas las caídas, útil cuando caemos derribados directamente hacia atrás.  Los niños comienzan a practicarla desde posición de sentados. Desde ahí se puede practicar lo más importante de las caídas: proteger el cráneo y ofrecer una superficie redondeada con la espalda, que nos permite rodar sin absorber el impacto.  
ü  Desde sentados
Nos sentamos en el suelo con los brazos extendidos hacia delante y miramos el nudo del cinturón. De este modo evitaremos golpear en el tatami con la parte posterior de la cabeza y redondearemos la espalda. Ya en esta posición, nos dejamos caer hacia atrás. Y justo antes de hacer contacto con el cuerpo, golpeamos el tatami con las palmas de las manos y el antebrazo (sin apoyar los codos). Golpear es importante, porque permite transmitir la fuerza de la caída a través de los brazos y evita que se absorba el impacto con el cuerpo. 
ü  Ya de pie
La técnica es la misma que desde la posición de sentados, pero ya hay más altura, así que debemos ser más cuidadosos con la posición de la barbilla y el golpeo. No hay que dejarse caer hacia atrás “en bloque”, sino dejarse rodar suavemente.


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